Habíamos vuelto a nuestras cabañas corriendo lo más
silencioso posible porque, a pesar de que sabíamos que el Señor D dormía más
que un lirón, no podíamos arriesgarnos a que nos pillara ahora. Si se tenía que
dar cuenta que lo hiciera después de haber salido de aquí.
Busqué mi mochila y, cuando la encontré, guardé toda mi ropa
según la cogía. Iba a infringir mi regla de ser ordenada solo por esta vez, ya
me quejaré de lo arrugada que estará. Le pedí a mi mellizo que me diera de
nuevo mi estuche de rayos y la Égida (también me la había quitado por miedo de
qué se la arrojaba a algún mestizo). Esperé a que Jason terminara de empaquetar
su equipaje y salimos de la cabaña para reunirnos en el árbol de Thalia. Cuando
llegamos ya estaban todos allí y, antes de emprender nuestra aventura, les dije
que se adelantaran, que tenía que hacer una cosa antes sola. Me miraron
extrañados, pero pronto Jason y Will se dieron cuenta de lo que me pasaba así
que me dejaron sola obligando a que los hijos de Poseidón los siguiera.
Cuando por fin estuve sola, acaricié su rugoso y húmedo tronco
(por las mañanas, el campamento estaba rodeado de una fina niebla que dejaba a
su paso un rastro de rocío) mientras que lo miraba con tristeza.
- Thalia, hermana mía, esta es mi primera misión, aunque no
sé si se puede llamar así cuando no nos la han concedidos- me sonreí-, pero
quería que me dieses tu bendición. Sé que estás viva y que, si pudieras hablar,
me darías buena suerte. No sé si voy a volver… pero espero que me vaya bien.
Hasta luego Thalia.
Me aleje corriendo en busca de mis amigos, aquí comenzaba mi
aventura.
¡Bienvenida a la Iniciativa Cadena de comentarios! Un beso ♥
ResponderEliminarPinta interesante ....
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