Caminamos sin descanso hasta que el sol estaba alto, estábamos demasiado cansados para continuar. Hacía un calor sofocante, los pies nos dolían de andar en un terreno lleno de piedras y habíamos tenido que huir más de una vez de los monstruos. Tampoco habíamos hablado en todo el trayecto por lo que no tuvimos ni esa distracción. La situación estaba tan tensa que podía cortarse en cualquier momento y tenía que hacer algo para remediarlo.
- ¿Os ha comido la lengua la quimera? Sé tenéis preguntas y que no nos sentimos a gusto unos con otros -dirigí una mirada a Ian y a Will porque, mientras andábamos, me di cuenta de que se miraban entre ellos con recelo-, pero estamos juntos en esto y, aunque no lo creáis nos necesitamos. O eso ha dicho la profecía. Es hora de las preguntas.
- ¿Cómo lo conociste?- comenzó Emily segundos después de terminar de hablar. La miré enfadada.- A ver, no quiero decir ni que tengáis una relación ni nada de eso, pero tengo curiosidad. Es muy raro que de la noche a la mañana os convirtáis en los mejores amigos para siempre- al decir esto último se le ensombreció la cara.
- Luchando. Ella se ofreció a entrenarme porque por las noches se desvelaba y necesitaba algo para desahogarse -dijo Will antes de que contestara. Supongo que pensaba que si respondía podía ser demasiado mordaz.
- Nos podías contar a todos qué paso la primera vez que visteis al oráculo. Emily y yo solo lo sabemos parte de ella por los rumores y, algunos, son unas verdaderas ton- ¡AGÁCHATE!
Antes de que mi cerebro pudiera obedecer esa simple orden, algo grande y duro me golpeó la cabeza e hizo saliera por los aires y que chocara contra un árbol. Oí gritos hasta que perdí la conciencia.
Vaya! Qué historia! Me gustan mucho las historias de dioses ^^
ResponderEliminarUn beso!!!
¿Es también de tu cosecha?
ResponderEliminar