domingo, 14 de diciembre de 2014

La profecía del dragón

Cerró la puerta de golpe y me empujó contra la pared, un fuerte dolor me subió desde el codo. Lo habría eliminado en un segundo por el daño que me había causado si no me hubiera mirado de esa forma. Una mirada tan intensa y llena de lujuria me sorprendió y, sin quererlo, me ruborice. Nunca nadie me había mirado así y esto me había pillado totalmente por sorpresa.

Sus labios embistieron contra los míos provocando una lucha de la que no había ganador. Poco a poco cada prenda de nuestros cuerpos fue desapareciendo y la pasión iba aumentando. Caminamos tambaleándonos hasta el salón de su casa todavía besándonos y sin cuidado me empujó hacia el sofá. Sus labios volaron hacia mi cuello y un silencioso gemido salió a escondidas de mi boca, tan inaudible era que, incluso, me costó escucharle. Sus manos recorrían mi cuerpo con una extraña mezcla de pasión y miedo, pero, lo que él no sabía, era que el mero roce de su piel provocaba que me erizase como nunca lo había hecho antes. Ni siquiera cuando recorría grandes distancias a gran velocidad junto a Kato.

Una punzada me atravesó el pecho y me devolvió a la oscura realidad, había olvidado lo diferentes que resultábamos. Había olvidado mi deber. No podía relacionarme con gente como él porque, de una forma u otra, haría demasiado daño, pero me habían enfadado. ¿Quién era ella para decidir con quién relacionarme? ¿Quién era para decidir mi futuro?

De repente desperté de mi ensoñación con un gran dolor al que no pude ahogar, algo dentro de mí se había roto y, más enfadada que nunca, busqué al causante de ello. Delante de mí se encontraba él, estaba extrañado. Me miraba como si fuese un bicho raro y eso me descompuso. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué su estado de ánimo ejercía tanto poder sobre mí? Le pregunté qué pasaba y me contestó que creía que ya no era virgen y que eso lo había sorprendido. Me aseguró que si sentía algún tipo de molestia y quería que parara lo haría. No entendía sus palabras, pero, aún así, asentí. 
Volví a sentir algo dentro de mí y me azotó otra vez el dolor. Cada vez que lo sentía más dentro me dolía más hasta que me comenzó a gustar. Comenzó a aumentar la velocidad y me comenzó a faltar la respiración. Sentí como algo en mi interior comenzó a crecer y, con cada sacudida, esa sensación se agrandaba más y más. Hubo un momento en el que ya no pude más y lo tuve que soltar. Lo extraño es que él también soltó un líquido dentro de mí y se disculpó por ello. ¿Por qué lo hacía si me había hecho sentir cosas increíbles? ¿Esto era lo que los humanos denominaban placer?

Le miré y le sonreí porque empezaba a entender que lo que estaba experimentando no era solo un momento de placer, sino que era algo mucho más íntimo. Él me cogió de la mano y me llevo a su dormitorio donde nos acostamos.

No sé a qué hora me dormí, pero cuando me levanté no podía moverme porque cada vez que lo hacía sentía como un látigo me azotara el cuerpo. Dolorida, giré la cabeza para ver si seguía a mi lado, pero solo me encontré un montón de sábanas. Fruncí el ceño y, tragándome totalmente el dolor, me levanté, tenía unas algunas preguntas y estaba dispuesta a que me las respondiera. Lo busqué por toda la casa, pero la encontré desierta. Algo dentro de mí comenzaba a alborotarse, algo malo iba a suceder.
- Daenerys, te creía mucho más inteligente. Cuando te dije que no podías tener relaciones con un mortal no era una sugerencia sino que una orden. Ya oíste al oráculo: “De la creación entre un mortal y una diosa de gran poder sobre las criaturas nacerá un ser que a todos gobernará”. ¿Quieres que desaparezcamos solo por un capricho tuyo?
Me di la vuelta y, cuando vi su figura, una furia incontenible me rodeó. Me aguanté todas las ganas de arrojarme sobre ella ya que me había prometido alejarme.
- No sé qué entiendes tú por capricho, pero esto no lo es. Además, no estoy embarazada así que la profecía no se cumplirá. Sabes dónde está, ¿verdad?
- El hombrecillo ese, por supuesto. No me creo que hayas caído tan bajo, con lo de dioses que he visto que están detrás de ti- puse los ojos en blanco porque ya había tenido esta charla con ella. Era, vio mi gesto y me miró repulsiva.- De todos modos ya no importa dónde este, ya no existe. –Enfurecida me abalancé sobre ella y le clavé las uñas en la cara, quería arrancarla la piel, conseguir hacerla todo el daño que pudiera. Se zafó de mí y se empujó enviándome al otro lado de la habitación.- Ya me darás las gracias.-susurró en mi cara con una sonrisa y desapareció delante de mis ojos.
Un giro exagerado me obligó a volver en mí, me había enfrascado tanto en mis recuerdos que había perdido la noción del tiempo y el espacio. Habían pasado ya seis meses desde aquello, seis meses increíblemente rápidos.

Días después de que desapareciera, Era me amenazó a que, si en mi vientre crecía una criatura, iría detrás de mí. A pesar de que crecía, no me siguió, pero, aún así, me mantuve en guardia por si aparecía. Era el último recuerdo que me quedaba de la única persona que había amado en este mundo.
 
Con cada mes que pasaba mis fuerzas y mi poder menguaba cada vez más. Necesitaba muchos descansos y cualquier simple tarea me costaba realizarla. Aún así, yo seguía cuidándola con todo mi empeño e intentaba compaginar mi trabajo con ella.
- Kato, baja hacía la superficie, creo que he sentido un huevo de dragón.
Baje con cuidado de su lomo y me acerqué despacio al contenedor donde estaban los huevos. Normalmente son grandes y coloridos, pero, como todo, hay excepciones. Existen un tipo de dragones pequeños que nacen en huevos del mismo tamaño y forma que los de las gallinas y los humanos suelen confundirlos. No sería la primera vez que la gente devora una tortilla de dragones y acaba muerta por ello.

Comencé a buscar entre ellos con precaución de no romper ninguno hasta que, de repente, alguien me dio un golpe en la cabeza. Mi visión se nubló, pero pude ver quién era mi agresora antes de desmayarme. Era había cumplido su amenaza.

Desperté días después del ataque con el cuerpo destrozado, pero, a pesar de ello, seguía viva. Kato había cuidado de mí todo este tiempo y se había encargado que nadie se acercara ni a mí ni al bebé. Mi amigo me contó que a él también le habían golpeado y le había dejado casi muerto, pero que había despertado un día después. Entonces nos encontró a mí y a la criatura con graves heridas, aunque todavía estábamos con vida.
- Intenté salvarlo, pero no pude… las heridas que tenía no eran las mismas que las tuyas y no hallé forma de curarlas. Lo siento mucho, Daenerys.
Fue entonces cuando comprendí la ambición de Era y lo diferentes que eran mis ideas de las suyas. Había matado a las únicas personas que había amado solo por una profecía que podía cumplirse o no.
- Kato, no quiero que vuelvas a mencionar a ninguno de los dioses. No vamos a volver a seguir sus reglas. Solo te voy a tener a ti.

* * *
¡Hola gente!

Con este relato termina la maratón de entradas de Percy Jackson. Antes de irme quiero decir que el nombre de la protagonista, Daenerys, lo hemos elegido las de mi cabaña porque no nos salía otro, pero, oye, Martín no nos puede denunciar porque es un nombre común xD

Aquí abajo también os pongo los datos principales de la Diosa de los dragones y una imagen de su físico.




Diosa de los dragones: Esta es una de las diosas más poderosas. No vive en el Olimpo si no que vive en los Alpes con los dragones. Rechaza todas las normas puestas por el Olimpo y vive como quiere. Lo que más le gusta es volar encima de su dragón favorito Kato. Se encarga de controlar el contrabando de huevos exóticos por si alguno pudiera contener un dragón.




Ya que estoy también tengo que decir que este es mi primer medio relato erótico (?) que publico en internet y que me da bastante vergüencilla enseñarlo, pero he sido obligada... Sé que es bastante mierdecilla, pero me sigue dando vergüenza. Solo espero que esto no caiga en manos NO deseadas.

13 comentarios:

  1. bienvenida a Cadema de comentarios! :D
    nos estamos leyendo y visitando!
    besos!

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  2. Sisi.... en el Olimpo están algo disgustados con ella porque no óbice nada y eso que le ofrecimos ponerle un castigo a Hera! Pues nada oye...
    Besitos

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  3. ¡Hola!

    Me ha gustado mucho el relato, muy original ^^
    Me quedo por tu blog, vengo de la inciativa Cadena de comentarios.

    ¡besos!

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  4. Hola bienvenida a cadena de comentarios, nos encontraremos seguido. Saludos

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  5. Hola :D soy de cadena de comentarios estaremos pasando seguido por tu blog, saludos.

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  6. Hola ^^ acabo de ver tu entrevista en la iniciativa CADENA DE COMENTARIOS,yo también participo aunque la mía aun no ha salido jeje me quedo por aquí ^^

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  7. Hola. Otra más para la iniciativa cadena de comentarios. Espero que te guste.
    Un abrazo de las lectoras.

    PD: Estuve a punto de unirme a la iniciativa de dioses del olimpo, pero al final no lo hice,jaja

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  8. Hola bienvenida a la locura de la Iniciativa de la cadena de comentarios, espero que disfrutes como nosotras. Me gustó el relato.
    Besitos

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  9. Hola!! También soy de la iniciativa cadena de comentarios. Me sorprende seguir encontrando blogs que participan en la iniciativa de Percy Jackson. ¿Sois un montón o solo es cosa mía? Un beso!:D

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  10. ¿Cuál mierdecilla? ¡A mi me gustó (y soy un cero en literatura erótica jaja)! Y si continúas escribiendo mejorarás un montón :). ¡Un beso!

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  11. Bienvenida a la cadena de comentarios. Soy la administradora de Libros, historias y yo. Espero leerte a menudo y por aquí me tendrás ¿Son tuyos los relatos? Besos primor

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  12. Pues a mi me pareció un relato muy trabajado.
    Espero que te decidas a publicar más cosas, prometo leerlas.
    Besos, muaaaaka.

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