Después del encuentro con Will los días se hicieron
más cortos. Ya no guardábamos las distancias y ahora se juntaba conmigo. Era
mucho más simpático y gracioso de lo que esperaba y, a pesar de que esa aura
oscura que siempre le acompañaba no desapareció, empezó a sonreír y reírse. Los
campistas (incluyendo a mi hermano) se extrañaron mucho al vernos juntos.
- Samantha, ¿no hay nada que me tienes que decir sobre Will?- me preguntó un día en el comedor.
- Por favor, tú también no. No es mi novio, ni mi follamigo, ni ninguna de esas estupideces que dicen ahora. Somos amigos, SÓLO eso. ¿POR QUÉ este jodido mundo cuando conocen a alguien SÓLO se fija en su apariencia? He descubierto que es un chico increíble a pesar de ella- grité levantándome de la mesa y pegando un puñetazo en la mesa. Todas las personas dejaron de hablar y pusieron toda su atención en mí. Aproveche esto y continué con mi discurso.- ÉL ha sido el único que se ha preocupado de CÓMO me siento, NO como otros a los que creía amigos que han visto que mi “reputación” ha empeorado se han ido alejando de mí a pasos agigantados.- dirigí mi mirada hacia Emily y Ian que ella agachó la mirada avergonzada y él me siguió mirando.- Todos estos años os habéis perdido a la mejor persona del mundo, pero claro seguir con vuestras vidas y seguir juzgando que eso se os da de lujo.
Me levanté enfurecida de la mesa y salí echando humo
de allí. Me dirigí hacia el único lugar donde me sentía normal: junto a mi
hermana Thalia. Nadie me había parado así que llegué en nada y me tumbé junto
al árbol. A pesar de que algunos pensaban que Thalia estaba muerta yo no me lo
creía. Cuando la hablaba siempre me contestaba moviendo sus ramas ligeramente.
Por eso le conté mi problema esperando que me contestara.
Cuando terminé me quede mirando el cielo viendo como
las nubes negras se agrupasen. Esperó que lloviese un poco, odiaba el calor y
deseaba con todas mis ganas sentir la lluvia en mi piel y escuchar el sonido de
los rayos. Como si mi padre me hubiera escuchado me cayó una gota en la mejilla
y después de esa otra en el muslo y a partir esa miles más me tocaron. Oí como
los campistas gritaban por la lluvia y se refugiaban en sus cabañas y solté una
pequeña risilla.
- Por lo menos te ríes. Espero que lo que dijeras en el comedor fuera verdad.
Me di la vuelta y me encontré a Will calado. Su pelo
oscuro le caía empapado sobre la frente y casi no se le veían los ojos recordándome
a un perro. A pesar de lo enfadada que estaba con el mundo me sacó otra
sonrisa.
- Veo que eres el único que ha venido a buscarme. De Emily e Ian me lo esperaba, pero de Jason…- susurré cogiéndome las rodillas volviendo a mi estado.- ¿Cómo sabías que estaba aquí?
- Te están buscando, no solo Emily, Ian y Jason, sino más gente. Lo que pasa es que he sido el primero en encontrarte. Al principio fui a por ti a la Arena porque pensaba que querrías descargar todo tu odio contra alguien,- me reí con su propuesta, era demasiado acertada- luego fui a tu cabaña por si acaso te encontraba llorando como una magdalena, que lo haría una chica normal- le traspasé con la mirada-, pero finalmente pensé en lo importante que es para ti la familia, así que se me ocurrió venir aquí. Y luego me llama idiota..- se sentó y apoyó su espalda contra Thalia.- ¿No tienes frío?
- Estoy acostumbrada a la lluvia, a veces es lo único que consigue calmarme y el sonido de los rayos me relajan.- susurré en voz casi inaudible.- Deberíamos irnos o pillarás una pulmonía.Will se levantó, se acercó a mí y abrió los brazos.
- Ven aquí tonta y llora, sé que todavía no te has desahogado- Me apoye en su hombro y dejé que las lágrimas bañaran mis mejillas. El sonido de mis sollozos acompañó a la lluvia y, por fin, Thalia me contestó.
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